Caminos infinitos para ir a ninguna parte
Ninguna bruja arderá en mi hoguera.
Al menos no las brujas que saben de conjuros y vuelan en escoba.
No las que jamás construirían una casita de chocolate.
Ni las que guardan en su ropa negra todos los colores.
En la luz de mi hoguera han ardido las sombras. Eso me han dicho.
Después el agua no ha podido apagar el fuego. Y el viento ha soplado más fuerte que de costumbre.
Alguien se reía detrás de mí. No he querido darme la vuelta. Pero lo he visto todo.