domingo, 24 de febrero de 2008

de madrugada


se me han vuelto a hacer las tantas. vivo sin reloj, sin hora, que es una forma de vivir contracorriente sin darse cuenta. hasta que pasado el mediodía te llaman por teléfono y tú estás en la cama, enredada entre las sábanas. entonces te miras a ti misma y te ves noctámbula. crees que un día de éstos, una noche de éstas, te subirás por los tejados (no por los techos) como un gato, sin hacer ruido, con los ojos puestos en la luna para ver el momento justo en que se vuelve llena y es como si alguien hubiera encendido la luz en la noche oscura. se fue la medianoche y aún no has puesto nada del revés como querías, ni has hilado tres palabras para obrar el milagro otra vez de la escritura o ese pensamiento mágico que vuela por encima de las cabezas que son pensantes cuando están fuera del mar y nada las distrae. porque en el mar están escritos tantos naufragios. ay, grecia, ¿por qué eres tan azul?

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