nunca escribiré una novela, pienso, mientras (ay, becquer) leo a heinrich boll y me voy a bonn y vuelvo

escribo artículos como si fueran novelas. espero sentada (casi nunca) a que venga la inspiración, miro con vértigo la página en blanco (pienso ¿y si fuera negra?), voy en busca de esa palabra como una indiana jones con cazamariposas, siento las mariposas volar en el estómago (las hay de todos los colores), me levanto, camino por el pasillo, salgo a la calle, miro a mi alrededor... sé que nunca escribiré una novela

(leo por la noche contra todos los relojes porque he hecho un pacto con un diablo)