jueves, 9 de julio de 2009

cuando tiras del hilo y es el de ariadna

un barco de madera en el puerto, la cola de una ballena que no es mobydick, un capitán que aún no tiene quince años y no se llama acab, un pintor que no tiene escuela y tiene un telescopio que mira a la luna como el niño del poema de federicogarcíalorca, que fue amigo de un poeta olvidado que es luisrosales (el de amar es elegir y la casaencendida) -a su viuda le despistaron grandes regalos de grandes amigos en las sucesivas mudanzas- pero tampoco es merlín a pesar de las estrellas y la devoción -sea así- por el rey arturo, un viaje que no puede esperar como todos (o ninguno), unas letras que ¿no dicen nada?, la música metida en las venas como la lorena de la canción... faulkner fue el que más me mintió, con rulfo oí ladrar a los pedros, a cortázar me le encontré en el laberinto antes de que los atenienses quedarán liberados de pagar el tributo a los de creta (¿era así?), en cnossos fui feliz porque recordé que aquella ciudad nunca estuvo amurallada y porque vi que la policromía nunca pasa de moda, en las ruinas casi pude tocar tanta leyenda

1 comentarios:

Anonymous Jueves ha dicho...

En tus historias, como en tus versos, siempre hay mar. Y eso alivia (no sabes cuánto) a quienes vivimos tierra adentro, enraizados en el asfalto, hiératicos como señales de tráfico, sin más horizonte que el luminoso de un bar.
También yo quiero laberintos, si los adornan poemas de Lorca o Rosales, o los sostienen leyendas, música y cientos de colores.

12 de julio de 2009, 9:49  

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