miércoles, 25 de febrero de 2009

las cosas se tuercen porque no quieren estar rectas

el coche no quiso seguir más, muchos, tantos, demasiados kilómetros,
equivocaste el color de la pintura,
perdiste el pájaro que se escapó de un cuadro (matisse!) y se hizo un broche pegado a una solapa,
te quedaste dormido el día D,
no sonó la canción que tenías preparada, la número trece,
te dieron con las puertas del museo en las narices a ti, que sólo querías ver,
se te acabó el dinero, ahora que sabías lo que, en verdad, querías comprar,
te perdiste entre la multitud y cuando te encontraste ya era tarde, pero ¿para qué?
se hizo de noche y no pudiste ver el mar,
tuviste que volver a hacer la rotonda porque, definitivamente, no sabías la dirección,
no acertaste en la elección del vestido,
los pantalones se rompieron por la parte más débil, también los pantalones,
...

dijiste (yo te oí): son cosas que pasan.

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Yo pierdo las llaves... celebro tus versos

25 de febrero de 2009, 12:32  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Entradon de aupa...,

gracias por fulminar los grises neutros de un solo renglon., ahora aunque sean igual de grises. los ojos felinos distinguen el amplio abanico que puede cobijar un solo reflejo de un gris cualqiera.

26 de febrero de 2009, 2:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

...voló el ave de matisse, pero volverá a La Casa Azul, poblada de Mauricios (jamás hubo tantos)... ¿cómo no volver?

27 de febrero de 2009, 12:24  

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