martes, 1 de septiembre de 2009

matisse (y en la cabeza cezanne y picasso y parís y niza)

buscando colores y rodando por el mundo como precisamente eso, una rueda, llegas hasta matisse para convencerte de que -y te saltas el adverbio- siempre se podrá mezclar más para obtener más hasta llegar al acierto o a la equivocación, o porque sí. es curiosa la obsesión del pintor -este pintor- por los detalles: los vestidos, las cortinas, el papel pintado... y maravillosa su afición al laboratorio. ay de sus odaliscas -podrían venir de unos versos-, tal vez bailando en la moqueta, tal vez en el fango

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