miércoles, 20 de febrero de 2013

Hay palomas que vuelan en el fango

Mis bolsillos están vacíos pero hay hambre en Nigeria.
Tengo frío esta noche junto a los barcos. No abrigo mi sonrisa porque sé que no se congelará.
También tengo fe. La primera vez que te lo dije vi moverse una montaña.
Padre abrió la puerta para que saliera el miedo. En la selva hoy nadie grita con desesperación.
Porque hay una esperanza de sol para el hombre que vive, que le sigue y le persigue hasta hacerle sombra.
Por eso, no está de más atreverse y lanzarse a la aventura improbable de ser nadie en medio de la nada.
El abismo es como la inmensidad del mar y está en nuestros ojos.
Estos ojos transeúntes que de vez en cuando necesitan sentarse en el sofá.
Nunca han parado de andar.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio