la vida es una cárcel con las puertas abiertas, verónica escribió en la pared con las tripas revueltas

maravilloso calamaro, incombustible, valiente, con un repertorio imprevisible. definitivamente un músico con mayúsculas, que ha bajado a los infiernos y ha subido para contarlo (bravo!), pero también cegado por la luz de aquí arriba, un tahur musical, que se juega todo a una carta (o ninguna), asiduo de la cuerda floja, que mezcla y remezcla, cambia, da la vuelta, pone patas arriba, un prestidigitador, es posible, que lo mismo saca una chistera de un conejo que al revés (lo clásico). nunca nada es lo mismo cuando manda la música, el rock, el saber estar en el escenario, más escoltado por semejantes “pistoleros” (candy caramelo y cia), ni salidos del mejor spaguettiwestern, apostados sobre el muro vertical (con sonrisa) del saloon, por lo que pueda salir y pasar. bravo calamaro, que lleva dentro la historia de la música popular (se fundió con el stoniano "jumping jack flash", el "walk of life", el "stairway to heaven" y el "my way") y la echa volar para que se vaya y no vaya a ninguna parte. y bravo porque sí, se puede ser sexy siendo barrigón…, oh cielos y con esos contoneos jaggerianos diabólicos de cabaret y con duende. está sobrado. y hay que darles las gracias por habernos dado “por mirarte” y “milhoras” como si fuera la primera vez. dos días después aún me pregunto si aquello (el concierto de murcia en el polaris world) no era otra de sergio leone. si aún quedará el decorado… (podría haber hablado más y cantado menos, pero cantó mucho, el cantante)