miércoles, 3 de diciembre de 2014

Fermina Daza acaba de llegar al puerto y se han multiplicado las cantinas

Hay tanta humedad entre estas ocho paredes, tantas flores equivocándose de estación y tantas hojas queriendo volver al árbol que los dedos han dejado de contar para que los pájaros puedan aletear lo suficiente. Mientras tanto Cortázar se lima las uñas para no herir al de al lado con su aspereza diletante, pero vos sabéis que entre él y ella solo había el tronco de un árbol muriéndose por ser atravesado. ¿Por qué no equivocarán los ríos nunca su camino? Ese barco no sabe que flota sobre el agua. Y sin embargo el sol espera porque la noche tarda.

(al doctor Juvenal Urbino también le sobraban madrugadas)

1 comentarios:

Anonymous pjama ha dicho...

Alabada sea tu vuelta y tu partida!

4 de diciembre de 2014, 5:18  

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