Vengo buscando a Cortázar por estas calles de tango
No parará el reloj de dar vueltas sobre nuestros perímetros.
Ni la intemperie de abrigarnos para mostrarnos al desnudo.
No cesará esa voz de hablar, ni esa cantina de poner vino dulce en esta copa rota.
Navegarán los barcos hasta la puerta de nuestros misterios.
¿Por qué ventana se escapará tu mano para detener al viento?
¿Qué puerta abrirá tu trémulo pie para rozar el de su hermano?
¿Qué espejo te mostrará el humo que aún queda dentro de tus ojos?
¿Para cuándo la sonrisa abismal, el coral en las profundidades de tu llanto?
¿Dónde despertará tu entusiasmo su ejército de uniformes sin abotonar
para que dé comienzo la batalla en esta tierra minoica, cretense y sin murallas?
¿Quién te dejó la sed y luego llenó de agua el cuenco vacío de tus manos?
Ni la intemperie de abrigarnos para mostrarnos al desnudo.
No cesará esa voz de hablar, ni esa cantina de poner vino dulce en esta copa rota.
Navegarán los barcos hasta la puerta de nuestros misterios.
¿Por qué ventana se escapará tu mano para detener al viento?
¿Qué puerta abrirá tu trémulo pie para rozar el de su hermano?
¿Qué espejo te mostrará el humo que aún queda dentro de tus ojos?
¿Para cuándo la sonrisa abismal, el coral en las profundidades de tu llanto?
¿Dónde despertará tu entusiasmo su ejército de uniformes sin abotonar
para que dé comienzo la batalla en esta tierra minoica, cretense y sin murallas?
¿Quién te dejó la sed y luego llenó de agua el cuenco vacío de tus manos?
2 comentarios:
Soy un barco en el desierto cuyas dos montañas gimen al ver pasar sus ojos lentamente por las agujas de un reloj de arena.Esto o la cama alada de mi yo.
Y un camello que sonríe con su nueva dentadura de coral frente a la ciudad amarallada.
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