lunes, 18 de mayo de 2015

Somos peces buscando su coral y desandando los océanos

Me desanclé nada más que para navegar por las olas de tu rostro.
Mientras me ponía a la sombra de los libros (nunca quema el sol bajo los párrafos).
Y me entregaba a la tinta de tu verbo insólito y destejía tu sintaxis.
Pobre Penélope, virgen sin estatua. 
Pobre Penélope, que nunca pudo vagar, ni bajar a las profundidades de la gruta ni ser ella la Maga.
Mejor volver a Ítaca que estar en Ítaca. Mejor haber ganado la batalla a los cíclopes que quedarse en casa viendo cómo el agua hincha el arroz y cómo se seca el pan de ayer y el de mañana.
Mejor tener las manos temblorosas que no haber muerto jamás de frío.
Solo los dioses saben que los mares están llenos de las lágrimas de los hombres que viven y han vivido.


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2 comentarios:

Blogger Kahlo ha dicho...

Llevo una hora leyendo y navegando por tu maravilloso blog, llegué por Erik Satie y sus paraguas y tienes algo que me cautivó. ¿Tienes twitter? Si fuese así me encantaría seguirte también por allí. Un abrazo dadaísta.

16 de diciembre de 2015, 9:49  
Blogger Ángeles Castillo ha dicho...

Satie es lluvia sobre el mar. Y luego está Whitman en la proa de una barco, la bahía aquella que siempre es un abrazo, Camus esperándome, una gaviota que pasa y hace un dibujo ininteligible en el cielo (¿quién quiere entender?), Picasso burlándose de Dalí, un cuerpo continuamente esculpiéndose, la cantina llena de copas rotas y de náufragos felices, y el amor al barro. No, no tengo Twitter, pero, si quieres, construimos uno, por supuesto empezando por el tejado. Te escribo desde el Cabaret Voltaire y con la convicción de que solo los imbéciles se interesan por los datos.

17 de diciembre de 2015, 14:31  

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