miércoles, 4 de junio de 2008

pudimos quitar los límites con una goma de borrar



podía haber acudido al "chocolate de la creación contemporánea", art basel, con su quimono, pero no. el artista japonés shintaro miyake se vistió su traje de pulpo y se puso a dibujar sobre la pared. mientras, a su alrededor cundía la impostura y los coleccionistas compulsivos llenaban sus carritos de arte ilimitado. ya no importa el qué, sino el cómo. ya no lo que el arte comunica, sino la propia comunicación con el arte. ya no el arte de la experiencia (o complementos del nombre similares) sino la misma experiencia del arte. apenas hay pintura. casi todo es instalación. un hombre se sienta sobre el suelo coge una goma de borrar y borrar. lo que queda. eso es el arte.

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6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me fascina tu página, Angie.
Envidio tu talento malamente.
Volveré, sin duda.

5 de junio de 2008, 3:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida amiga. Hace días que me paseo por tu blog sin atreverme a "dejarte" nada. Hoy me animo, porque hoy yo también me hubiese vestido de pulpo (o de calamar, con su "tinta") y hubiese borrado una reunión de más de tres horas, las 7:30 de la mañana (hora aborrecible donde las haya), la petulancia de los sabelotodo, la incoherencia de los que no saben nada... O mejor, hubiese cogido todo ello para hacer un singular collage y después me hubiese borrado yo para ir a ese lugar en el que habita sólo el arte.
Melquiades.

5 de junio de 2008, 15:43  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ahora entrar en una exposición es ya una experiencia. Los artistas apuestan por la envoltura, por el paquete, por la provocación de superficie, por la reconversión, reutilización, resurrección del espacio. El arte se ha teatralizado. (Saludos de Robinson).

6 de junio de 2008, 15:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

He tratado de pintar un cuadro y no he podido. Lo que he visto lo guardo en un lugar de mi mundo en el que no siempre estoy preparado para entrar.

10 de junio de 2008, 14:28  
Blogger Antonio Sánchez ha dicho...

Lo importante, querida (al cubo) angie (con minúscula, porque a ti te gusta así)es que los límites nunca tiendan a infinito. Algún límite tendremos que poner... así valoramos más lo que nos acontece. Imagínate a mi Cata y a mí, bailando rock and roll hasta el infinito... ¿Podríamos? En la fiesta de la LUZ que está por venir, lo intentaremos.
Besos ¿infinitos?

10 de junio de 2008, 15:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vos decís que apenas hay pintura. Y es verdad. Hoy todo es instalación. Yo me disfrazo de payasa y corro por la playa buscando un color y ¿es instalación? ¿Performance? O escribo a la orilla de la playa un nombre a propósito para que las olas lo borren. Dónde están los límites. Eso es arte.
(jade rojo)

16 de septiembre de 2008, 11:45  

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