lunes, 15 de abril de 2013

Baudelaire acaba de nacer de un padre de 60 años

Charles Baudelaire toca la campana de su enérgica garganta.


Las almas de los poetas malditos están despreocupadas en mitad de la calle.
Viven pisoteadas, bajo los cascos y los zapatos, bajo las piedras.
Encienden su propia luz.
Caminan torpemente con sus alas de gigante.

Ella quería que la llamaran Maga. Amaba los palacios.
Él la encontró perdida con La flores del mal en un bolsillo.
Y la amó desde el principio (ya en la primera página).

El corazón de Poe latía enterrado en aquel verso:
"Y por mirar al cielo caigo en pozos profundos".

Acabábamos de aprender la lengua de las flores y de las cosas mudas.


Era 1857. Yo le acababa de robar el lazo para la camisa. Tú le estabas pidiendo prestada la mirada.

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