domingo, 29 de septiembre de 2013

Álvaro Mutis y el canto silencioso de su tripulación

Pensó que era un acuario y era el mar.
Un pez caía del cielo. Lo pudo perder una gaviota.
Maqroll el Gaviero se entrega al placer en las cantinas.
"Hay cauces secos por donde correrán aún aguas magníficas". Por eso.
Álvaro Mutis espera a Ilona. Llegará con la lluvia como todo lo demás.
Escucha el llanto de la vida apoyada sobre su hombro.
Y grita en el desierto su palabra espinosa y sedienta.
Reza la triste letanía para el alborozo de los cuerpos. 
Cuando hablar ya no tiene su sentido, cuando la muchacha se presta a la batalla.
Y las vírgenes se coronan de laureles en los puertos.
Es ese nombre el que levanta a las tempestades de su sueño dormido.
Solo estas manos podrán hacer que baje la marea.

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