lunes, 2 de diciembre de 2013

Tú quieres un sol que ponga a secar tu ojo inundado

No hay geometría en nuestras formas.

Las paredes que nos sujetan soportan una avaricia amable casi redentora.
Hoy vengo con un pan debajo del brazo.
Vinimos a devolverle a la vida un traje usado: de payaso, no de cobrador de impuestos.
Devolverle a la tierra el dolor de su parto y sus lágrimas que terminarán haciéndose árboles.


Hay infancias recuperadas como hay paraísos recuperados.
Niños que vuelven a llevarse lo que es suyo.
Recuerdas los puertos a los que llegaste en mares soñados.


Fuimos pájaros confundidos con el viento.
Las estrellas de la noche que el día esconde en cielos sucesivos.
Fuimos el sol al que la lluvia moja inútilmente
El agua robando la fertilidad del vientre caracoleado de los campos.
Solo ensanchándonos pudimos pasar por los callejones.



Ha vuelto a llover sin nubes sobre nuestras cabezas.
La arena se lanza otra vez sobre esas manos y quiere caer entre sus dedos.

Hace falta mucha luz para mirar la noche.





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